Una visita en el cafetín

 

Tablo reader up chevron

Una visita en el cafetín

 

-  ¿Le molesta si me siento?-. Se escuchó una voz. 

 

 

 

El hombre levantó la vista, observando a otro hombre que se erguía junto a la mesa del cafetín para profesores donde él estaba sentado.

-Siempre hay tiempo para una charla ¿No está de acuerdo profesor?-. Repitió la voz que se pronunciaba desde la oscuridad causada por un sombrero oscuro, de aspecto viejo.

- Si usted dice que hay tiempo, seguramente lo hay-. Respondió el hombre que estaba sentado. -Al fin y al cabo, de nosotros dos, lo más probable es sea usted el que tiene más idea sobre esos asuntos de tiempos.

 

El segundo hombre se sentó poniendo sobre la mesa unos guantes de cuero negro y suspirando pesadamente. El suspiro no pasó desapercibido a su contertulio, a pesar del bullicio  propio de los pasillos académicos.

 

- No pensé que llegara usted tan pronto. Sin embargo, dada su reputación, no creo que esta reunión no anunciada se encuentre fuera del horario que tendría usted previsto desde hace ya bastante -. Dijo el profesor mientras miraba la taza de café que sobre su mesa ya comenzaba a enfriarse. -Cuénteme ud…-. Agregó mientras esbozaba una expresión de desagrado disfrazado de sarcástica sonrisa.… - ¿No es posible aplazar nuestros asuntos un poco? Justo estoy teniendo un día no demasiado agradable, como para añadirle una visita inesperada.

- Penosamente debo negarme-. Respondió el segundo hombre. -Mi empleador es siempre inflexible en cuanto al cumplimiento de mis citas y propósitos. Además…-. Agregó el sombrío visitante… - ¿No obtienen sus estudiantes una respuesta similar cuando piden más tiempo para entregar sus trabajos? Verá ud profesor que, al igual que usted, también soy esclavo del tiempo. Mis visitas son planeadas con mucha anticipación y, como usted bien sabe, jamás repito una visita.

- En realidad, no entiendo el motivo de presentarse de esta manera-. Dijo el primer hombre un poco disgustado. -Bien podría cumplir su trabajo sin sentarse a la mesa con nadie. ¿Se trata de algo especial en mi caso?-

- Ha sido un día largo-. Replicó el segundo hombre bajando un poco la cabeza. -Creí que sería un buen momento para compartir una charla antes de seguir con mis ocupaciones. Aún tengo muchas visitas por hacer hoy -.

- ¡Imagino que ninguna con una compañía tan divertida como la mía!- Dijo el maestro con una sonrisa y un toque humorístico que esta vez no era sarcástico sino sincero.

 

- ¡Tiene usted razón!- Dijo el segundo hombre levantándose mientras dejaba entrever una sonrisa sumergida en la oscuridad que causaba su sombrero y agregó: -Fue un gusto conocerlo profesor. Termine por favor su café, que un café frío nunca es motivo de satisfacción. 

 

Acto seguido, el visitante tomó sus guantes de cuero negro y se marchó perdiéndose entre la multitud que pululaba por el pasillo.

 

 

El profesor apuró el último sorbo de café como temiendo la predicción sobre la bebida fría. Con aspecto tranquilo, esbozó una tímida sonrisa, se levantó de la silla y, acto seguido, cayó muerto.

 

Al otro día, en la reunión con el director del colegio recibimos con desagrado la noticia sobre aquel maestro que había fallecido el día anterior en el cafetín de profesores producto de un infarto.

Julio Ramírez

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...
Dago

¡Excelente relato, Julio!

Dago

¡Felicitaciones Julio por publicar tu hisoria en Tablo!

~

You might like Julio Ramírez's other books...