Adolescente y Embarazada

 

Tablo reader up chevron

Introducción

 

 

 

 

Y cuando la gente de corazón roto 
Que vive en este mundo, se pone de acuerdo, 
Allí habrá una respuesta, "déjalo ser". 
Aunque quizás ellos puedan estar separados 
Igual hay una chance que ellos verán, 
Habrá una respuesta, "déjalo ser".

LET IT BE-Beatles

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Prólogo

Nunca podría describir lo emocionada que me encontraba en ese momento; Hillary y Tom; los mejores amigos de mi infancia hasta ahora,  me llevarían a una fiesta de un chico del curso superior, una de esas fiestas de los de 6to curso.
Y ¡no solo eso!, en esa fiesta asistiría "Ian", lo sé, su reputación no era la de un chico excepcional, él si bien, era excelente en lo académico, en lo personal era <Un mujeriego> pero no encontraba eso como un obstáculo,  tal vez yo podría cambiarlo, ¿quién sabe?, podría enamorarlo y quedar con él, siendo la feliz afortunada...

-¡Vaya!- escuche una voz por sobre mis hombros, muy cerca del lóbulo de mi oreja.
-¿Quien...? ¡Oh, Ian! -me había sorprendido bastante.  Si, si, semanas atrás había coqueteado conmigo,  y me había tratado de la mejor manera,  invitándome a caminar con él, a hacer ejercicio,  a tomar helado; Realmente estaba interesado en mí, o al menos eso suponía. 
-¡oh, Melody!- dijo, imitando el sonido de mi voz, no lo hacía por maldad, más bien él era así. Yo me limité a soltar una tonta y pequeña sonrisa golpeándolo suavemente en la nariz, pues todavía su cara se encontraba sobre mis hombros
-¡Eso dolió!- dijo,  sobando su nariz.
-Te lo merecías...-encarnando una ceja.
-A lo que vine, ¿Irás a la fiesta que organiza Theo?-preguntó. 
-¿Theo? No sabía que él lo organizaba...-dije algo seria.
-Si, él...-hizo una pequeña pausa, rodando los ojos y luego encontrándose con los míos- ¿Irás?
-claro...-dije con apenas un hilo de voz.
-¡Genial! escríbeme cuando te encuentres ahí,  yo iré junto a ti -me sonrió cálido,  era la más bella sonrisa que había visto, se alejó en reversa y despidiéndose con la mano. Le sonreí y volví a concentrarme en el libro que estuve leyendo antes de qué Ian me interrumpiera,  era un clásico; lo había leído como trescientas veces. "El amor en los tiempos de cólera"  lo amaba y de eso no había dudas.

Pasaron como 5 minutos,  todavía sin poder concentrar mi mente, me percate de unos zapatos por debajo de la sombra de mi libro.

-Quiero concentrarme en mi libro Tom...-sin alzar la vista de mi libro, y von voz seria.
se sentó a mi lado, bajando la cabeza para revisar el título de mi libro.
-El amor en... Espera, ¿de nuevo este libro? lo has leído unas trescientas veces. ¿Tal vez? -dijo.
-y voy por la trescientos uno- reímos juntos.
-deberías prestarme lo, sólo para comprender tu pequeño vicio...-aplastando el libro sobre mi falda.
-¿pasarás por mí?-él era mayor, estaba en 5to,  y ya tenía licencia. También había respondido con una pregunta por qué, ¡Bueno! el no apreciaría tal libro, su mente era...¿cómo decirlo?
Era un chico, ¿entienden?
-Lo haré,  ¿a las 8 está bien?- pregunto.
-okay...

Se fue sin más, seguí prendida a aquel libro, pasaron tal vez unos veinte minutos más o menos, de nuevo los mismos pies se asomaban por debajo de mi libro.
-¿Ahora qué ha pasado? -pregunté a Tom, un poco abrumada. 
-Es que vine y me olvidé de lo que iba a decirte, y entonces volví...y ¡taran! -dijo, apoyando una flor sobre mi libro.
-¿Y esto? -pregunté asombrada.
-lo encontré, es bonita,  ¿no? -observé su cara, sus pómulos se encontraban pintados de un leve rosa.
-¡gracias! lo adoro...-mientras colocaba mi libro abierto sobre mis piernas y sostenía tal flor.
-también, Theo...-titubeo -¿lo recuerdas?
-Quisiera decir que no, ¿qué pasa con él?
-me ha pedido que te insista...sobre la fiesta, ¡Ya sabes!
-dile que iré,  no importa. A demás,  estaré junto a Ian -mis ojos se iluminaron.
-¿Qué? no sales de uno y te metes con otro -esbozo de lleno una carcajada, lo miré amenazante.
-Ian es dif...okay, no lo es, pero avanzamos de a poco. ¡Es algo! ¿No? -dudé. 
-Ni tú lo sabes....-contestó asintiendo a mi duda.
-Lo que sea. -alcé mi libro y fingí leer, ignorando a Tom
-Bien, a las ocho, espero estés lista. - rezongó y se alejó.

"Al fin tranquilidad" me dije,  estaba equivocada.
Hillary apareció prendida al brazo de Efrén, sonriendo, él siempre la había gustado, y ahora estaban cuchicheando juntos, y riendo por ahí.

-Mel, al fin te encuentro...-dijo Hillary.
-¡H- Hola! -la observé desprenderse del brazo de Efrén y sentarse a mi lado.
-Ven siéntate...-dirigiéndose a él. Y luego a mí- necesito preguntarte, ¿Es verdad que tu irás a la fiesta de Theo?
-si -dije con un color de voz normal,  ella abrió los ojos sorprendida.
-¿Acaso te golpeo un simio con un sartén? no recuerdas que ese engendro...-miró a Efrén y calló.

La verdad es que ella sabía lo ocurrido entre Theo y yo, en una fiesta donde habíamos asistido, "Theo" no era mi novio ciertamente, solo mi amigo, bueno, algo más que eso. Entre presiones y simples palabras como "Me gustaría estar contigo" y "Si en verdad me quieres lo harás". Bien ya sabrán lo que viene; accedí tontamente a acostarme con él,  eso había ocurrido unas 3 semanas atrás.
Por lo demás, está de más decir que terminé odiando lo boba que había sido,  mi vida no podía estar más arruinada, pero me estaba equivocando.  Ese día de la fiesta, todos me miraban con ojos acusadores, otros murmuraban "no puedo creerlo", "regalada", "es una puta" entre otras cosas mucho peores; Ian me había soltado de la mano, sé que se sentía incómodo,  ¿quién no lo hubiera estado?, me enteré de Hillary lo que Theo había dicho, al verme ingresar a su fiesta agarrada del brazo de Ian. "Sabía que la muy puta correría a los brazos de mi mejor amigo, es lo que quiere,  meterse con todos mis amigos,  ya que la deje, tras haber conseguido lo que quería"  me imaginaba que Theo lo habría dicho así, o incluso, ¿peor?
No saben el tormento, salí de aquel lugar, en el transcurso de las semanas post - fiesta nadie olvidaba, estaba ahora, prisionera de los murmureos y chismes, no podía escapar. Lo cierto es que pasaron las semanas. Ian ya no hablaba conmigo,  sus miradas eran de un profundo "lo siento" y volvía a mirar el piso,  confundido, Tom era el único que se encontraba siempre a mi lado a pesar de saber la verdad,  y lo torpe que había sido
Sin embargo, el saber que era considerada de lo peor en la escuela, y de ser rechazada por los mismos profesores no era todo, ¡No! pues, al hacerme el bebé test ¿qué creen?; si, no se equivocan estaba embarazada de Theo.
Los problemas no terminaban, y no lo harían,  es por eso que me encontraba desde esta altura, en el departamento de Theo, intentando saltar.
Si, VOY A SUICIDARME..

 

 

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 1

"No quiero vivir"

Bendita la hora que mis padres me habían regalado un auto, no era la gran cosa, pero un auto, es un auto.

Tomé las llaves de mi coche, y maneje hasta el departamento de Theo. El me había entregado las llaves cuando le pedí ayuda con esta situación, la de estar embarazada de él, tal vez ya sabía la decisión que iba a tomar, no encontraba más sentido a la vida, ¿Qué pensaría mi madre? Creo se sentiría decepcionada de mí, lo creo, y obvio no la culpo, siento una decepción sobre mi misma también.

Dirán que mi esperanza es este niño, pero no se imaginan lo estresante que me resulta pensar en mi futuro con él a cuestas, no estoy siendo dura, solo realista.

¿Qué podría brindarle yo a un niño? Tan solo soy una niña más, una niña cuidando a un niño, no es para nada una maternidad responsable. Lo peor, el embarazo precoz es de gran peligro, podría dañarme de alguna manera, y si fuese así, y muriera, dejaría a mi bebé desamparado, en un orfanato ¿Tal vez?, créanme no es eso lo que deseo para su futuro.

Tampoco deseo abortarlo, no podría tener el coraje de caminar por ahí, con la cabeza en el cuello, sabiendo que asesiné a mi propio hijo, como una maldita egoísta. Prefiero morir con él, sabiendo que ni yo quedo viva para hacerlo sufrir, y él tampoco, para sufrir por mi causa.

Indiqué al ascensor el número 15, piso donde vivía Theo, si, ¡vivía solo!. ¡Vamos!, sé que se preguntarán, pero, él tenía ya 18 años, había trabajado desde los 16, y al cumplir la mayoría de edad lo ascendieron, dándole un mejor puesto, y mejor salario…El no era una de una familia de escasos recursos, más bien, se encontraban bien posicionadas, tenían una empresa donde elaboraban químicos farmacéuticos o algo así. Nunca iba a su departamento, si lo hacía me imagino, era para llevar a alguna que otra chica fácil, solo los fines de semana, por cierto, era martes, y yo iba decidida, buscando el número de cuarto.

Llegue frente al 501, ingresé en el, su aroma estaba en todo el lugar, olía como a madera recién cortada, mezclada con limón, o algo de aroma cítrico, abrí las puertas de su balcón de par en par, y salí, sintiendo el viento fresco contra la cara, acariciando cada una de mis facciones, adoraba ese sentimiento de libertad, respirando aire puro, olvidando todo. Subí a las rejas, primero pasando un pie, el derecho, y luego el izquierdo, me atajé unos minutos por las rejas de seguro que tenía el balcón, respirando por última vez el aire puro, llenando mis pulmones de ello, era algo irónico, querer recibir soplo de vida cuando lo que estaba a punto de hacer iba contra todo lo que apreciara la vida, y contra todo lo que me habían enseñado

-Perdóname Jesús, Perdóname Dios…NO QUIERO MORIR SABIENDO QUE HASTA USTEDES ME ODIAN, ¡POR EL SIMPLE HECHO DE HACER ESTO!- Grité a los cuatro vientos.

Me solté y mientras me balanceaba para delante sonreí un poco, <¿Lo había hecho? ¡VAYA! Nunca lo había…ESPEREN, sigo pensando, lo que significa que sigo… ¡viva!.>

Abrí los ojos lentamente, uno por uno, ¡no podía creerlo!, no había muerto gracias a, no podía ser o ¿si?, Theo me había sostenido de las caderas con fuerza. ¿Por qué no me dejaba morir tranquila? ¡Arruinaba todo, el arruinaba toda mi maldita vida!

-Ven, ¡ven!- me gritó, lo miré con los ojos bien abiertos, una mirada de espanto. El trata de darme vuelta, para pasarme al lado seguro. –¡Que vengas te digo!, mierda, ¿Qué tratabas de hacer?, No te das cuenta, no es una solución. –dijo, yo solo me dejé cargar por el, depositarme segura en el piso del balcón, sostuvo mi mano y me abrazó de modo fraternal.

-¿Por qué me salvaste? No lo necesitaba, quería morir, ¿no te das cuenta?- le reclamé, con los ojos llorosos.

-¡Claro que me doy cuenta! No soy tan idiota. –contestó.

Todavía abrazada por Theo, tal vez así se aseguraba de no escapar y tratar de lanzarme -No sirve de nada, no entiendo, no sé qué haré, solo tengo 15 años, no puedo, prefiero morir… -las palabras salían, una sobre otra, casi encimadas.

Theo me llevó hasta su habitación cerrando las puertas de aquél balcón con llave, asegurándose de que su psicópata “amiga” embarazada de él no pudiera arrojarse.

-Mira, sé que eres muy joven, es más, ¡SOMOS MUY JÓVENES! –dijo, preocupado. –Pero, no quiero que tomes una decisión tan drástica, no esta bien, no puedo… -calló dramáticamente, y fue a la mini-cocina de su departamento, tomo un poco de café y lo vertió en una taza, luego me la pasó.

-Soy joven…-dije, y mirando mi taza llena de café negro proseguí. –No quiero que tu te involucres, la torpeza fue mía, no quiero nada de ti, ni quiero tener que ver contigo. –concluí.

-Mel yo…-hizo una pausa, lo miré a los ojos, él se encontraba de cuclillas a mi, yo me encontraba sentada en su increíble cama, como comprenderán no quiero dar detalles de cómo la conozco, él sin embargo tratando de mirarme a los ojos, buscándolos. Continuó. –Quiero tener que ver contigo, siempre lo pensé, pero, soy joven, quería probar… ¡todo!

Tomé compostura y dije sarcástica. –¡Hermosas palabras!, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso…

-No seas así, no entiendes

-claro que lo entiendo, preferiste acostarte con cuanta zorra se te cruzaba, por encima de tus sentimientos, ¡si es que los tienes! No me conforta de calma, lo único que pienso con lo que me has dicho, es que no puedo estar segura de cuánto tiempo pueda tener tu apoyo

Me interrumpió. –De eso puedes estar muy segura, siempre la tendrás de ahora en adelante, ya no mas bandidismos, ya no más pasar por encima lo que en realidad siento por ti.

-No, no. ¡NO!- grité exasperada.

-Te lo prometo, ¡créeme!. –había alzado un poco la voz, ya estaba un tanto nervioso.

-No puedo, lo hice una vez, a ciegas, y me fallaste.

-No lo volveré a hacer, escúchame, ya no…

-No tengo garantías Theo, yo solo quiero que todo esto sea un sueño, despertar y haberme dado cuenta de que fue tan solo una horrible pesadilla… Solo, no puedo con esto. –Me apoyé en sus hombros y lo abrasé por el cuello, sollozando y sintiéndome absurda.

-No es un sueño, quisiera decirte que sí, en serio lo deseo, pero, ¡no lo es!

-Oh, ¡mierda!, sé que no lo es. –dije entre sollozos.

-Mira, tu… -me dijo, alejándome un poco para mirarme a los ojos. –Tú hablarás con tu madre, le dirás la verdad y pídele que persuada a tu padre para que éste no me mate cuando vaya a hablar con ellos, mi intención es, que vengas a vivir conmigo aquí, estarás mas segura…- señaló el balcón con su dedo y me advirtió algo divertido. –Pero con las puertas del balcón bajo llave, no quiero encontrarte desnucada en la entrada la próxima.

Reí por lo bajo y cerré mis ojos, sonaba a que todos mis problemas se habían resuelto tan simple. Pero, seamos realistas, estaría bien con Theo, pero el no pensaba en mi de la forma de serme fiel, ser mi pareja estable, y aunque lo intentase, no duraría así mucho tiempo.

Mis padres otro gran dilema, no aceptarían que venga a vivir aquí con él, sabiendo la “moral” que practican, si no me caso por la iglesia no podría salir de mi hogar, y si hablamos de embarazo, simplemente obligarían a Theo a contraer matrimonio conmigo, él se negaría a aceptar, y si no lo hiciera, sus padres lo harían. Nunca vieron nada simpatizante en ninguna chica con la que Theo conversaba, ellos eran del grupo de oración de mis padres, ya se imaginan qué pensarían si se enteraran de que me había embarazado de su preciado hijo, “Lo hizo para engatusarlo y quedarse con él “o “Claro, él la desprecia y ella se embaraza, Típica mosca muerta”.

-Theo, ¿se lo dirás? –dije.

-¿A quién?- preguntó.

-A tus padres…¿Qué dirán sobre esto? –mascullé de ultima.

-No lo sé, pero tengo esperanza de que respeten mis decisiones…

-Prométeme algo –dije, ya mas calmada y con signos de cansancio

-Lo que sea, Mel…-Mientras acariciaba con la yema de sus dedos mi mejilla izquierda.

-Que no darás marcha atrás a tus promesas…quiero decir, aunque me mientas durante la relación, y me engañes con otras, no te irás y me desampararás, como lo habías dicho antes. Me ayudarás en esto. –dije con apenas un hilo de voz.

-No te preocupes, descansa…-dijo.

-No, ¡promételo! –recostando me en su cama.

-Te lo prometo. –Concluyó y dormí cansada, estaba siempre más exhausta de lo normal, ¿tal vez por el embarazo?; no era suficiente para mi tal promesa, solo me garantizaba poder restregarle en la cara lo maldito que había sido prometiéndome algo que jamás lo pudo cumplir, aunque, deseaba que lo hiciera, por nuestro bien. Hablo del bebe y el mío.

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 2

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 3

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 4

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 5

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 6

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...

Capítulo 7

Comment Log in or Join Tablo to comment on this chapter...
~

You might like Mircel Martinez's other books...